Si hay algo que aprendí gestionando proyectos y embudos es que no todas las opciones con el rótulo “agencia de marketing” significan lo mismo. La etiqueta es fácil; lo difícil es sostener resultados con método, consistencia y transparencia. Por eso, cuando evalúo una agencia de marketing, no me quedo con el pitch ni con el nombre propio que aparece en la primera reunión. Me fijo en la estructura real, en cómo ordenan antes de ejecutar, en la cadencia de trabajo y en cómo convierten el ruido en un plan.
No vengo a tirar abajo a nadie. Yo también empecé chico, conozco el valor del oficio y respeto a quien se rompe el lomo para entregar. El punto no es despreciar a un profesional independiente, sino reevaluar la estructura que vas a necesitar según tu etapa. Cuando el negocio crece, pedís respaldo: procesos claros, roles definidos, tableros, documentación. Ahí es donde una agencia de marketing con base sólida empieza a marcar la diferencia.
Lo mínimo que le exijo a una agencia de marketing
- Auditoría antes de tocar botones.
Si la propuesta arranca con “vamos a pautar ya” sin revisar activos, funnel, analíticas, SEO/SEM, landings, CRM y mensajes, paso. Una agencia de marketing grosa hace Fase 0: Auditoría. Ordena primero. Valida tracking, estructura, naming convenios, accesos, segmentaciones, mensajes, y barreras operativas. Sin esto, todo lo que venga después es azar. - Reunión semanal obligatoria.
Una reunión por semana, con agenda, tablero y próximos pasos. Sin vueltas. La agencia de marketing que me sirve viene con orden: backlog priorizado, owner por tarea, fechas y dependencias. En esa weekly se revisan KPIs, aprendizajes y se toman decisiones. Además, una revisión táctica quincenal (o mensual) para ajustar estrategia y presupuesto. - Estructura y roles visibles.
Quiero saber quién es mi Account/PM, quién ejecuta Paid, quién ve SEO/Contenido, quién toca Web/Analytics y quién se encarga de CRM/Automations. No me alcanza con “somos un equipo”. Nombres, responsabilidades y disponibilidad. La agencia de marketing que me genera confianza muestra el organigrama del squad que me va a atender y cómo se cubren entre sí. - Contrato claro y governance.
Alcance, entregables, esquemas de respuesta, propiedad de cuentas, plan de reuniones, política de cambios, criterios de éxito, cláusulas de salida. La agencia de marketing que cuida la relación cuida el contrato: lo escribe para trabajar mejor, no para esconderse. - Reportes que expliquen decisiones.
No me sirven PDFs con métricas sueltas. Quiero storytelling de datos: qué se probó, por qué, qué se aprendió, qué se descarta, qué se duplica, qué se escala. Una agencia de marketing aporta criterio antes que pantallazos.
Señales de alerta que me hacen frenar
- Despersonalización total. Si sos el cliente #301 y lo sentís desde el día uno, no vas a tener foco. Una agencia de marketing puede escalar sin perder trato, pero se nota cuando el volumen devora la atención.
- Promesas sin diagnóstico. “Te duplico ventas en 30 días”. ¿Con qué base? Si no hay auditoría ni hipótesis, es promesa vacía.
- Precios demasiado bajos como anzuelo. Cuando la propuesta no cierra por dedicación/alcance, se paga con falta de tiempo y con copy-paste.
- Reportes sin acción. Si cada informe es un espejo de Analytics sin decisiones, estás pagando por ver, no por crecer.
- No piden accesos ni procesos. Si no hacen preguntas incómodas ni piden permisos para medir bien, no van a poder optimizar. Una agencia de marketing respetable te incomoda un poco: pide datos.
Cómo es mi checklist para elegir una agencia de marketing
- Fase 0 definida: auditoría SEO/SEM, analítica, CRO, mensajes, CRM, UX, performance base.
- Mapa de funnel y buyer persona: awareness → consideration → conversion → post-venta. Mensajes y ofertas por etapa.
- Estrategia por canal: qué lugar ocupa SEO, qué lugar ocupa Paid, cómo conviven remarketing y captación, cómo entra email/WhatsApp/CRM.
- Hipótesis priorizadas qué testeo primero, por qué, cuánto impacto espero y qué necesito para implementarlo.
- KPIs por nivel: north star (ingresos/leads calificados), métricas de canal (CPL, CPA, ROAS), métricas de calidad (CTR, CVR, tiempo en página), métricas operativas (SLA, tiempo de respuesta, show rate).
- Cadencia: weekly táctica con tablero, mensual estratégica con decisiones de presupuesto.
- Backlog visible: tareas en curso, bloqueos, dependencias, due dates y due owners.
- Propiedad de activos: cuentas publicitarias, píxeles, dominios, analytics, audiencias, GTM. Todo queda del lado del cliente.
- Plan de contenido y pauta coordinados: no compito conmigo mismo, evito canibalización, alinear SEO con Paid y con las páginas reales que convierten.
- Criterio de escalado: qué significa “funcionó” y cuándo subimos presupuesto sin romper el CPL.
Si la agencia de marketing que tengo enfrente puede mostrar esto con claridad, seguimos hablando. Si patina en estos puntos, gracias y a otra cosa.
Orden antes de acelerar
A mí decime “lanzamos mañana” después de ordenar. Prefiero dos semanas de auditoría que dos meses quemando presupuesto. Una agencia de marketing que trabaja en serio no corre a publicar anuncios: primero valida que el sistema esté listo para convertir. Eso incluye:
- Tracking limpio: eventos confiables, UTM consistentes, conversiones prioritarias definidas, embudos configurados.
- Activos alineados: landings con propuesta clara, formularios cortos, páginas rápidas, mensajes coherentes.
- Operativa lista: CRM con etapas y etiquetas, plantillas de respuesta, acuerdos de SLA con el equipo comercial, handoff sin fugas.
Cuando esto está, acelerar tiene sentido. Si no, solo aumenta el gasto, no las ventas.
Mi forma de trabajar con una agencia de marketing (lo que pido y lo que doy)
- Una weekly con agenda. 30–45 minutos, foco en datos, aprendizajes y próximos pasos. Nada de reuniones para “ver qué onda”.
- Un tablero compartido. Puede ser Trello/Notion/Linear. Tarjetas con status, responsables y fechas. Si no está en el tablero, no existe.
- Documentación viva. Un doc con decisiones y aprendizajes por sprint. Lo miro para no repetir errores.
- Accesos centralizados. Drive ordenado, contraseñas seguras, checklist de permisos.
- Expectativas claras. Yo me comprometo con insumos, aprobaciones y feedback en tiempo. A cambio, la agencia de marketing se compromete con calidad, deadlines y comunicación.
¿Y los costos?
No estoy buscando la agencia de marketing más barata ni la más cara. Busco la que haga que el presupuesto tenga retorno. Prefiero un fee que me dé tiempo real de un squad y una gestión que aprenda rápido, en lugar de un precio de catálogo que solo compra automatismos. El costo se entiende cuando los supuestos están sobre la mesa: cuánto tardan los ciclos, qué tasas de conversión manejamos, qué expectativas realistas hay por industria y por ticket. Sin eso, hablar de precios es hablar en el aire.
Freelancers, equipos mixtos y escalabilidad
De nuevo: no se trata de desmerecer a ningún freelance. Hay gente excelente trabajando así y con ellos también armé cosas que funcionaron. La clave es reescalar la estructura cuando el negocio lo pide. Muchas veces lo mejor es un squad mixto: especialista independiente muy bueno + agencia de marketing que aporta coordinación, reporting, pauta y método. Lo importante es que el todo tenga orden y criterio, no la etiqueta de quién factura.
Qué tiene una buena propuesta de una agencia de marketing
- Fase 0 (Auditoría + Roadmap de 90 días). Qué van a mirar, qué entregables tengo, qué hipótesis iniciales salen.
- Plan de sprinting. Primeros 30/60/90: tests priorizados, assets a producir, umbrales de decisión.
- KPIs y umbrales. Cuándo un test “aprueba”, cuándo itero, cuándo mato.
- Cadencia de reuniones y reportes. Fechas fijas, responsables y plantillas.
- Propiedad de cuentas y datos. Siempre del cliente.
- Alcance y fuera de alcance. Lo que entra, lo que no entra y cómo se cotiza si se agrega.
- Cláusula de salida sana. Si no nos sirve a ninguno, nos separamos bien y con documentación al día.
Cuando una agencia de marketing te entrega esto bien escrito, transmite algo simple: seriedad. Y la seriedad no es rigidez; es confianza operable.
10 preguntas directas para elegir tu agencia de marketing
- ¿Cómo es su Fase 0 y en qué plazo entregan el diagnóstico?
- ¿Quiénes van a ser mis responsables directos y qué seniority tienen?
- ¿Qué cadencia de reuniones proponen y qué tablero usan?
- ¿Qué KPIs priorizan por etapa del funnel y canal?
- ¿Cómo documentan aprendizajes y decisiones cada semana?
- ¿Cuál es su política de pruebas (cuánto tiempo mínimo, qué muestra, cuándo se toma decisión)?
- ¿Qué se incluye y qué no en el alcance mensual?
- ¿Cómo manejan accesos y propiedad de datos/cuentas?
- ¿Qué ejemplos tienen de ordenar primero y ejecutar después?
- Si en 60 días no vemos señales, ¿qué plan B proponen?
Con estas diez, en una hora sabés si hay coherencia o puro humo.
Cierro con lo que me importa
Cuando digo “agencia de marketing”, no estoy buscando un logo para la presentación ni una promesa inflada. Busco gente que ordene, mida y mejore. Gente que se comprometa con una weekly, que documente y que juegue el juego largo. Prefiero pasos firmes y un sistema que compone, antes que la adrenalina de “rompimos todo” por dos semanas y después nada. Sin prisa pero sin pausa. Día a día. Con método.
Si estás eligiendo una agencia de marketing hoy, pedí auditoría primero, reunión semanal, roles claros, contrato sano y KPIs que importen. Pedí criterio. Pedí orden. Y si del otro lado aparece un equipo que te habla como adulto, que te muestra su proceso y que se deja medir, ahí estás cerca. Ese es el tipo de socio que vale la pena en la mesa.
¿Querés que lidere tu marketing o que te ayude a elegir la agencia de marketing correcta? Contactame.
